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Se conoce como Época Clásica de la Filatelia Mexicana, a la comprendida entre 1856, año de la primera emisión de estampillas, al año de 1882, concretamente hasta la emisión de cuatro estampillas postales conocidas como del Servicio Exterior, emitidas el primero de julio de 1882, en colores verde oscuro, con un valor facial de 2 centavos; en carmín oscuro, con valor de 3 centavos; en ultramarino, con valor de 6 centavos y en azul, con valor de 6 centavos también.
Durante este periodo encontramos las estampillas postales mexicanas de más valor a nivel mundial, debido a la modalidad que se estableció. En aquel tiempo el correo mexicano contaba con 53 Oficinas Principales y como una medida de seguridad se dispuso que a cada remesa de estampillas que llegara a cualquier oficina, se le colocara encima la marca con el nombre de la correspondiente oficina, llamándosele a esta sobreimpresión Distrito, lo que identificaba su procedencia. De esta forma encontramos Hidalgos, por citar un ejemplo, con la marca de Oaxaca, San Luis Potosí o Mazatlán.
En esta época aparecen, por primera vez en la historia de la filatelia mexicana, las estampillas provisionales que, a falta de éstas, las administraciones principales las emitían con carácter provisional. La primera en salir a la luz pública, curiosamente en el mes de octubre del mismo año de 1856, fue la de la administración de Tlacotalpan, Ver., con un valor de medio real, impresa a mano, de color negro sobre fondo blanco.
Del 10 de abril de 1864 al 14 de mayo de 1867, durante el Segundo Imperio, la emisión de estampillas postales fue cuidada con especial esmero y, desde el punto de vista filatélico se conservan valiosas piezas representativas de ese período.
A partir de 1864, se emitieron nueve estampillas conocidas como Águilas del Imperio en cinco diferentes períodos y con diferentes valores, en planchas de 100 estampillas.
En el caso de las estampillas que ostentan la efigie del Emperador Maximiliano, se emitieron 12 diferentes variantes, ocho grabados y cuatro litografiados de varios colores y distinto valor facial. Las estampillas del Segundo Imperio se caracterizan por ir sobremarcadas, aparte de lo ya establecido en los Distritos, con el número de la factura o envío, conociéndose a esto como consignación.
En esta época se emitieron 183 estampillas y destacan las de carácter provisional, emitidas en las postrimerías del Segundo Imperio y la restauración de la República, como las de las administraciones de Chiapas en 1866, la de Cuautla y Cuernavaca en 1867 y las de Guadalajara entre 1867 y 1868. Posteriormente, ya en 1872, destacan las estampillas provisionales de Chihuahua y las de Campeche en 1876. En este mismo período clásico, son importantes las estampillas conocidas con el nombre genérico de Porte de Mar. La emisión de las primeras ocho estampillas con la efigie de Benito Juárez, en 1879 fueron: de color café con un valor facial de un centavo, de color violeta con un valor de dos centavos, de color naranja con un valor facial de cinco centavos, de color azul con valor facial de 10 ctvs., de color rosa con valor facial de 25 ctvs., de color verde con valor facial de cincuenta ctvs., de color violeta lila con valor facial de 85 ctvs. y el de color negro con un valor facial de cien centavos. Todas estas estampillas se emitieron en un principio, únicamente, para el uso en el franqueo de cartas hacia el exterior y se imprimieron en hojas de papel liso de cien estampillas cada una.
Fuente: Servicio Postal Mexicano - www.sepomex.gob.mx