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La historia de los timbres provisionales de Tlacotalpan es fascinante desde cualquier ángulo que se observe, por estar envuelta en un velo de misterio.

Su localización fue tardía y su presentación ante el mundo filatélico aún más, pues ésta aconteció hasta el mes de julio de 1924, cuando su descubridor, el Dr. Leonard Hartley publicó un trabajo al respecto en The Collectors Club Philatelist, páginas 100-101.

Curiosamente el origen de los dos ejemplares existentes es la parte menos obscura de estas rarezas. La pieza en carta, la más importante por ese hecho, fue localizada en Nueva York por el Dr. Leonard Hartley al revisar el archivo de correspondencia de la casa comercial Hargous. Esta negociación, cuya matriz estuvo en Nueva York, tuvo durante bastante tiempo oficinas en el puerto de Veracruz, e incluso alguno de los miembros de la familia Hargous fue cónsul de los Estados Unidos de América en esa ciudad, situación nada extraordinaria, pues era común que los dueños de las negociaciones comerciales de origen extranjero fungieran como cónsules de sus respectivos países.

Cuando se cerraron las oficinas de Hargous en Veracruz, el archivo de correspondencia fue llevado a Nueva York en donde el Dr. Hartley hizo su fabuloso hallazgo.
Se sabe que el timbre suelto que provino del archivo del comerciante Jorge de la Serna y Barrón, de donde lo obtuvo su primer propietario, el coleccionista Leopoldo Núñez, y se sabe también que lo adquirió en sus años mozos durante el siglo XIX, y lo conservó durante más de medio siglo, antes de enajenarlo a un comerciante, quien inmediatamente se lo vendió al Lic. Rafael de la Garza Campos.

Resulta lógico pensar que don Leopoldo Núñez pudo haber adquirido en carta el ejemplar que hoy conocemos suelto y lo haya lavado, pues en aquellos remotos años se daba escasa importancia a las piezas en carta y a la historia postal. Esto no es más que una hipótesis, pero con visos de verdad, ya que de no haber sido así, ¿cómo fue que el señor Núñez supo que el timbre provino del archivo de De la Serna?.

Lamentablemente otros aspectos de estos timbres están cubiertos por un raro misterio, ¿qué significan las siglas JMC y a quién pertenecieron?, se ha dicho que probablemente al entonces administrador de la oficina subalterna de Tlacotalpan. Esta hipótesis hasta hoy día no se ha podido aclarar.

Una incógnita aún más interesante es; ¿por qué se emitió el timbre provisional de Tlacotalpan? La respuesta natural, muy generalizada, es porque había problema con la existencia de timbres de medio real, esto parece ser cierto, ¿pero cuáles fueron las causas más precisas que lo originaron? Acerca de esto nada se ha dicho, y por eso a continuación ahondamos un poco en la emisión de esta joya filatélica.

Los primeros timbres postales de México se ponen a la venta el 1° de agosto de 1856 en la Administración Principal de la Ciudad de México y a finales de ese mes se hacen los envíos iniciales para algunas de las diversas administraciones principales del país. Concretamente, a la Administración Principal de Veracruz, de la cual dependía la subalterna de Tlacotalpan, se hizo el primer envío de estampillas con la factura núm. 37 del 30 de agosto de 1856 que constó de 11,520 ejemplares de ½ real, 9,660 de 1 real, 4,149 de 2 reales, 600 de 4 reales y 1,620 de 8 reales. Con factura de fecha 18 de octubre de 1856 se hizo otro envío a la Principal de Veracruz de 3,000 timbres de ½ real, 3,000 de 1 real y 420 de 4 reales.

Como se puede apreciar de estas dos consignaciones, anteriores al envío de la carta franqueada con el provisional de Tlacotalpan, que es de fecha 20 de octubre de 1856, se observa que la Administración Principal de Veracruz recibió 14,520 ejemplares del valor de ½ real que tenía una enorme aplicación práctica, pues servía para pagar el porte de las cartas sencillas "aquellas con un peso menor a la media onza enviadas a 30 leguas de distancia", así como el incremento del porte de ½ real que sufría la correspondencia por cada ¼ de onza que aumentaba el peso, cuando se mandaba a una distancia hasta de 30 leguas.

Una existencia abundante de timbres de ½ real, aunado al hecho de que en Tlacotalpan la oficina contaba con timbres de esa denominación, y prueba fehaciente de ello es que existe una carta también de fecha 20 de octubre de 1856, dirigida al señor Luis Hargous franqueada con un ½ real de la emisión regular con la misma cancelación oval de Tlacotalpan y a que solo se conozcan dos ejemplares de este sello provisional, permite suponer que el Administrador, o se pasó de previsor respecto a una probable escasez de sellos, o bien pensó en hacer un pequeño negocio particular imprimiendo su propia emisión, como quiera que esto fuera de ello nacieron dos excepcionales rarezas y una historia en torno a ellas tal vez más bella que lo descrito.

El cambio de tarifas fechado el 15 de diciembre de 1856, en las cuales los portes sufrieron un incremento importante, dejó muy limitado el uso del timbre de ½ real, "prácticamente circunscrito al franqueo de circulares abiertas", con lo cual el timbre Provisional de Tlacotalpan tuvo una razón más para no seguir usándolo, dejándonos sólo el enigma de su existencia.

Es probable que la emisión la podamos fijar en el mes de octubre de 1856, desde luego con el carácter de haber sido emitida en la población de Tlacotalpan, estado de Veracruz. Sus características de impresión son en tipografía manual, un óvalo formado por líneas espirales que rodean un rectángulo negro con el monograma JMC (?) y manuscrito el valor facial "½" y la palabra "Habilitado", sobre papel liso blanco, sin marca de agua o filigrana, imperforado. Se desconoce la cantidad impresa, quedando como sobrevivientes solamente DOS ejemplares, uno suelto y otro adherido a la carta con la que fue franqueada.

Autor: Eladio A. García Prada
Coordinación de: Carlos Fernández Terán

Fuente: Servicio Postal Mexicano - www.sepomex.gob.mx

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